Fuentes y componentes de las aguas residuales

Existe una estadística frecuentemente citada de que las aguas residuales están compuestas
aproximadamente en un 99% de agua y en un 1% de sólidos en suspensión, coloidales y
disueltos. Aunque la composición exacta de las aguas residuales varía, obviamente, según las diferentes fuentes y a lo largo del tiempo, el agua sigue siendo, sin duda, su principal componente. Las distintas fuentes de aguas residuales pueden presentar otros tipos de componentes en concentraciones variables.

Es probable que las aguas residuales domésticas y municipales contengan altas cargas bacterianas, si bien la mayoría de las bacterias presentes en las heces humanas no son inherentemente patógenas. No obstante, cuando se produce una infección, un gran número de microorganismos patógenos (como bacterias, virus, protozoos y helmintos) se propagan en el medio ambiente a través de las heces. La eliminación de patógenos es a menudo el objetivo principal de los sistemas de tratamiento de aguas residuales con el fin de reducir la carga de la enfermedad.

Las aguas residuales de las actividades industriales y mineras, así como de la gestión de los desechos sólidos (por ejemplo, lixiviados de vertederos), también pueden contener compuestos orgánicos tóxicos como hidrocarburos, bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés), contaminantes orgánicos persistentes (COP), compuestos orgánicos volátiles (COV) y disolventes clorados. Cantidades muy pequeñas de ciertos compuestos
orgánicos pueden contaminar grandes volúmenes de agua. Un litro de gasolina, por ejemplo, es suficiente para contaminar un millón de litros de agua subterránea.

Los contaminantes emergentes, pueden definirse como cualquier

sustancia química sintética o natural o cualquier microorganismo que no se detecte comúnmente en el medio ambiente, pero que pueda entrar en él y causar efectos adversos ecológicos y/o para la salud humana.

Las principales categorías de contaminantes emergentes presentes en las aguas residuales son los productos farmacéuticos (por ejemplo, antibióticos, analgésicos,

antiinflamatorios, medicamentos psiquiátricos, etc.), esteroides y hormonas (es decir, anticonceptivos), productos para el cuidado personal (por ejemplo, fragancias, filtros solares, repelentes de insectos, microperlas y antisépticos), pesticidas y herbicidas, agentes tensioactivos y metabolitos tensioactivos, retardantes de llama, aditivos industriales, productos químicos, plastificantes y aditivos de gasolina.

Contaminantes Emergentes

Los contaminantes emergentes se encuentran en concentraciones variables en aguas residuales tratadas y no tratadas, efluentes industriales y escorrentías agrícolas que se infiltran en ríos, lagos y aguas costeras.

También se han detectado en el agua potable, ya que los procesos convencionales de tratamiento de aguas residuales y de purificación de agua no son eficaces para eliminarlos. Las tecnologías avanzadas de tratamiento de aguas residuales (filtración por membrana, nanofiltración, ultrafiltración y ósmosis inversa) pueden eliminar parcialmente algunos productos químicos y compuestos farmacéuticamente activos. Los riesgos potenciales para la salud humana de los contaminantes emergentes por medio de la exposición a través del agua potable y los productos agrícolas continúan siendo una preocupación.

Los efectos de los contaminantes individuales en la salud humana y en los ecosistemas han sido evaluados solo de forma marginal y los efectos acumulativos no han sido estudiados en absoluto. Existen pruebas científicas de que muchos productos químicos conocidos como contaminantes emergentes podrían causar alteraciones endocrinas en los seres humanos y en la fauna acuática (provocando anomalías congénitas y trastornos del desarrollo, y afectando la fertilidad y la salud reproductiva), incluso en concentraciones muy bajas, así como tumores cancerosos y el desarrollo de resistencia a patógenos bacterianos, incluida
resistencia a múltiples fármacos.

 

CARRITO

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